Nace en Lima, Perú, el 21 de abril de 1974. A raíz de la contundente observación de un OVNI en 1988, empieza a involucrarse en una extraordinaria experiencia de contacto con civilizaciones avanzadas de otros mundos.Desde 1993, mantiene contactos telepáticos con aquellas inteligencias extraterrestres que se encontrarían visitando la Tierra, según sostiene, como parte de un plan progresivo de contacto y asistencia al ser humano, con miras a mostrarse abiertamente en un futuro próximo, en armonía con una actitud más responsable por parte de la humanidad en relación con el planeta.
Estos seres vendrían de lugares como Alfa Centauro y, sorprendentemente, de colonias de la Constelación de Orión actualmente establecidas en nuestro Sistema Solar. Curiosamente, la recepción de los primeros mensajes telepáticos en 1993, coincidió con la oleada de observaciones OVNI que se registró entre los meses de octubre y diciembre de aquel año en todo el Perú, siendo abordada con mucho interés por la prensa escrita de Lima.
Entre las aseveraciones más resaltantes de los mensajes recibidos, aquellos seres aseguraron a González la existencia de una supercivilización intraterrestre, una secreta humanidad subterránea que halla sus orígenes en culturas antediluvianas y visitas extraterrestres a nuestro planeta en épocas remotas. Así, de cara a estas revelaciones, en agosto de 1996 encabezó una expedición a las selvas del Parque Nacional del Manú, en la selva sur oriental del Perú, en donde las leyendas andinas ubican la mítica Paititi o “El Dorado”, la ciudad perdida de los incas.
El 5 de septiembre -en dicha expedición- mientras exploraba los petroglifos de una gran roca que los nativos machiguengas denominan “Pusharo”, se encuentra físicamente ante un habitante de aquel reino subterráneo, llamado Alcir, un extraño hombre que se identificó como un Estekna-Manés o “Guardián de información” de un mundo inimaginable que habría sido fundado en el Manú por sobrevivientes de una civilización desaparecida. Fruto de esta insólita experiencia, escribió su primer libro: “Los Maestros del Paititi” (Ediciones Luciérnaga de Barcelona. Actualmente esta obra se está traduciendo al inglés y otros idiomas) constituyéndose como uno de los escritores más jóvenes de Sudamérica en estos temas.Desde aquel contacto físico con Alcir en 1996, ha tenido la oportunidad de vivir nuevos encuentros cercanos, solo o acompañado de otras personas, además de organizar diversas expediciones de contacto e investigación a la selva amazónica y la cordillera de los Andes.
En octubre de 1998, se le anunció con tres meses de anticipación la oleada OVNI más trascendental que se haya registrado sobre el Perú (enero 1999), hecho que pudo ser constatado por los periodistas de canal 2 (Frecuencia Latina) de Lima, entre ellos Hugo Cogorno y Mónica Chang, quienes confrontaron los mensajes previamente recibidos y que vaticinaban las apariciones OVNI que sacudieron Perú durante 10 semanas. Muchos medios de comunicación registraron en vídeo la mayor parte de las observaciones.
Por si fuera poco, a fines de ese año, la Fuerza Aérea Peruana (FAP) se vio empujada a crear la OIFAA, una dependencia militar que estudiaría los casos OVNI en territorio nacional.
El 24 de febrero del 2001, González enfrenta el encuentro cercano más intenso al abordar físicamente una nave extraterrestre en el desierto peruano de Chilca (el mismo escenario de los contactos de Sixto Paz, y en donde el periodista español Juan José Benítez asistió a un avistamiento OVNI programado en septiembre de 1974); en esta experiencia, se le anunció el conflicto bélico que involucró a los EE.UU. con Oriente Medio a raíz del extraño atentado del 11 de septiembre en las Torres Gemelas. El mensaje de los extraterrestres que señalaba el conflicto fue compartido previamente en un Congreso de Contacto en Monte Shasta (California) en junio del 2001 y en una entrevista concedida a radio WADO de New York, tan sólo 10 días antes que ocurriese el incidente en el World Trade Center.
Ricardo González, posiblemente uno de los “contactados” más jóvenes en compartir abiertamente su testimonio, ha transmitido el mensaje que recibiera en sus encuentros cercanos en diversos países del mundo, como España, Italia, Francia, Suiza, Canadá, EE.UU., México, Honduras, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Argentina, entre otros, además de haber sido entrevistado en diversos programas de radio, prensa escrita, y en las más importantes cadenas de TV, entre ellas HBO, TELEMUNDO, UNIVISION, TELEVISA, INFINITO.
Es autor también de "El Legado Cósmico" (Perú, 2002), obra que aborda el misterio de una puerta dimensional en Puno, frente a las apacibles aguas del lago Titicaca, y la existencia de una base orbital de naturaleza extraterrestre oculta tras la Luna, responsable de los frecuentes encuentros OVNI con misiones espaciales de la NASA y de la Unión Europea.
Sin duda González es uno de los pocos difusores del contacto intraterrestre y la realidad palpable del mundo subterráneo, habiendo visitado inclusive lugares de inquietante interés, como la misteriosa Cueva de los Tayos, en la amazonía de la Cordillera del Cóndor (Ecuador).
En su reciente obra: “Uku Pacha, el Mundo Subterráneo de la Hermandad Blanca” (Argentina, 2003), describe este enigmático laberinto de pasillos y galerías que se extienden por kilómetros bajo tierra, y que fueron visitados sospechosamente por el astronauta norteamericano Neil Armstrong en julio de 1976. En esta obra se hace un acucioso análisis de otros puntos similares en toda América asociados con aquellos seres intraterrestres, como Monte Shasta (EE.UU.), Cusco (Perú), la Sierra del Roncador (Brasil) e inclusive una ciudad perdida en la mismísima Antártida.
Ricardo González está por publicar su cuarto libro, "Nuestros Lazos Extraterrestres", donde comparte una extraordinaria experiencia de contacto que vivió en Egipto, y que aporta reveladores datos sobre la historia de la humanidad y su relación con las estrellas del cinturón de Orión. Actualmente el explorador y contactado peruano vive con su esposa Iara en la Argentina.