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DIVINA VIBRACIÓN NUMÉRICA DE LAS NAVES PLATEADAS; EL NÚMERO-MOLÉCULA; LOS SOLES IRRADIAN LAS NAVES PLATEADAS; LAS NAVES QUE HAN VISITADO LA TIERRA; SE APROXIMA EL JUICIO FINAL.- |
Sí hijito; escribiremos un divino tema, que es infinito; el de las naves plateadas; sin tomar en cuenta por ahora, el rollo que ya te he dictado; ese rollo consta de trescientos dibujos celestes; eso no significa en manera alguna, que el tema de estas divinas naves, tenga límite; jamás lo tendrá; pues la inteligencia de mis hijos, es expansiva; y jamás se detiene; los llamados platillos voladores, son divinas naves salidas, de los mismos soles; la causa de su tremendo magnetismo, son los soles; es la Santísima Trinidad; pues, los soles ó lumbreras solares, es el mayor conocimiento viviente que exsiste después del divino Padre Jehova; la ciencia solar que construye estas naves, se remonta a eternidades atrás; ha transcurrido un tiempo tan colosal, que los actuales soles del universo, no nacían aún; y no sólo eso; antes de los actuales soles, han nacido y perecido infinitos otros; y ya estas naves, surcaban el espacio eterno; el poder que ellas poseen, no tendrá jamás comparación con la microscópica ciencia terrestre; y eso, que a la Tierra, han llegado naves de microscópico poder galáctico; esto se debe, a que el magnetismo solar, debe controlarse; para no quemar a los mundos; todo es divinamente regulado; las vibraciones de estas naves, son controladas; para cada dimensión viviente, ellas alteran su propia molécula; de no hacerlo, explotarían; pues se produciría un terrible choque de divinas vibraciones; que al no ser canalizadas, en el instante dado, sus divinas alianzas, que son los divinos querubínes, se irían unos contra otros; ellos que sólo conocen el orden creador, se sentirían afectados por un desorden destructor; nadie puede calcular, las consecuencias de semejante choque; me refiero a divinos querubínes, de un elevadísimo orden galáctico; me refiero a la divina jerarquía solar; la misma que, al divino mandato de hágase la luz, y la luz fué hecha; sigue creando mundos y soles; estas divinas alianzas, al destruir por órdenes demoníacas, lo hacen por eternidades; pues actúan en tiempo celeste; destruyendo universos completos; sistemas solares; en un número tal, como la mente pueda imaginar; lo que los siglos terrestres han demorado en hacer que la tierra madure; llegando al actual tamaño de globo, el choque de estas divinas fuerzas, la harían desaparecer en un instante; en medio de un pavoroso silencio; pues la velocidad divina expresada en fuerza, sobrepasa en infinito grado, todo ruido material; haciendo que en las lejanas galaxias, llege primero la television solar que presenció la destrucción de determinado planeta; después; eternidades después, llega el ruído; de la disgregación de sus moléculas.- |
| Sí hijito; este divino dibujo es parte microscópica del orígen solar de estas naves; no se puede explicar el infinito, a un mundo que sólo dura un chispazo en el espacio material; el infinito es preexsistente a todo lo creado; él está primero que los mundos del presente; esto significa que todo mundo jamás, es el primero; lo es, en sentido pasajero; pero no el sentido infinito; sólo el Padre es el primero, en el sentido infinito; toda ciencia de todo mundo, trae su plan divino, que se inicia en el Reino de los Cielos; todo sin excepción alguna, es de antes del nacimiento de la materia; en cualquiera de las formas, que ésta se manifiesta en el universo; sólo la materia, detiene a la materia; en sentido pasajero; pero no detiene, los acontecimientos; que de una ú otra forma, le aproximan a su fín; al explicarte hijo amoroso, el divino orígen de las naves plateadas, lo hago porque los tiempos llegaron; una vez más, una divina doctrina, se expande por la faz de la Tierra; las divinas alianzas de divinos querubínes, han completado su tiempo; de divinas pruebas filosóficas; en cada individualidad humana; y en cada especie creada; por tu divino Padre Jehova; los tiempos, no son absolutos; nadie es absoluto en mi divina creación; los que han pretendido serlo, lloran aún la soberbia; no puede haber absolutismo; cuando el divino Padre ha ordenado, cultivar la humildad; si exsiste en lejanas galaxias, ciencias numéricas absolutas, tenedlo por seguro, que esos mundos, viven una filosofía de soberbia; el exceso de conocimiento, es una prueba muy peligrosa; todo poder corrompe; más, tiene su tiempo de madurez; tiene sus propias leyes; y tiene su juicio final; la Tierra, está llegando a un término, en el plan divino; es uno, de los tantos términos en sus épocas; toda época, posee una determinada doctrina; que se enseñorea; luego viene otra; la criatura humana, debe enfrentar ahora, su propio juicio final; como le fué divinamente anunciado, desde muchos siglos atrás; se diría, que es muy difícil sorprender al mundo; de algo, que se le viene avisando, desde mucho antes que naciera a la vida; pero, desgraciadamente, la soberbia humana en su mayor parte, ha sido heredada por sus propios padres; y éstos, de sus padres; tuvieron la debilidad, de poner primero en sus vidas, sus propios prejuicios mundanos; para ellos era más cómodo, una vida plácida; excenta de toda experiencia espiritual; en un grado tal, de olvidar a la divina moral; sólo aprendieron a adorarme de boca; pero no, de hecho; que vale muchísimo más, ante el Creador; toda vicisitud experimentada por cada criatura, es pesada y juzjada en mi divina morada; ella posee el premio eterno; pues hay allí, sudor; lágrimas; dolor; hay todo un universo viviente; ha cumplido el espíritu, mi primer y divino Mandamiento: te ganarás el pan, con el sudor de tu frente; el estarme adorando, no es del agrado del divino Padre; mis criaturas se detienen; no avanzan en sus virtudes; el mejor templo que puede erigirme cada criatura, es una vida de honrado trabajo; este templo jamás se reduce a polvo; todos los demás, se vuelven polvo; y desaparecen; esto fué anunciado, muchos siglos atrás: pasará la Tierra; más, mis palabras no pasarán; esto significa, que después del juicio final, habrá en la Tierra una nueva filosofía; más limpia; más sana; menos interesada; no habrá explotación; no habrá engaño; en otras palabras, desaparecerán los ricos; y con ellos, su maldita filosofía de tentación en el dinero; no habrá ni ricos ni pobres; habrá igualdad; la misma igualdad, que han venido enseñando, mis escrituras por siglos y siglos; las naves plateadas, desempeñarán un divino papel, en el juicio final; ellas, cuidaron de la Tierra, cuando la Tierra era planeta bebé; cuando era una microscópica chispita; recién salida de los soles Alfa y Omega; una chispita, que desprendía microscópicos gases ondulantes; de todos los colores imaginables; que era la futura naturaleza terrestre; la chispita fué guiada por las naves plateadas; en su recorrido por los infinitos espacios; en ese divino instante, se formaron las divinas alianzas; que no son más, que líneas magnéticas vivientes; tan vivientes, como lo es el espíritu humano; estas divinas alianzas de querubínes, salieron de otros soles; su divina formación, es un capítulo aparte; es una divina historia de amor, que no tiene término; pues las sabidurías solares, se vienen sucediendo de toda eternidad; toda cimiente, no tiene principio ni tiene fín; sólo se le comprende, naciendo de nuevo; volviendo constantemente de la vida espiritual, a la vida material; en un movimiento muy parecido, a las líneas magnéticas de un imán; pues, todo el universo expansivo pensante, es como un infinito imán; cuya divina caloría en relativo descenso, crea el crecimiento y madurez de toda carne; y no puede ser de otra manera; siendo el divino Padre Jehova, una divina bola de fuego viviente, todo cuanto ha creado y se creará, lleva su divina herencia; todo posee fuego en grado microscópico; el cuerpo humano, lo siente como electricidad; como fiebre; como temperatura; al morir el cuerpo de carne, desciende aún más, su propia caloría; provocando la pudrición; la temperatura de la pudrición, sigue descendiendo; provocando el polvo; esto demuestra, que toda vida, vive y ha nacido, de una temperatura; nadie se sustrae a esta divina ley; hasta el hielo, posee temperatura; pues también quema; en el dibujo celeste, se puede ver unos discos de colores; conectados por líneas solares, a la corona solar; esto significa que todo mundo, es como una criatura viviente; posee su cordón umbical; este cordón, recoge todas las escenas ocurridas en el planeta; desde su nacimiento hasta su propio fín físico; todas estas escenas, recorren el espacio, a una velocidad, que jamás alcanzará la criatura humana; y todas estas escenas, llegan al Reino de los Cielos; y son proyectadas en gigantescas pantallas de televisión solar; cuyo número es infinito; pues en todas partes, el divino Padre Jehova, está; más aún; esta velocidad, a que viajan las escenas humanas, es anulada por el divino Padre; cuando así, lo estima su divina voluntad; viviendo el Creador, en las mismas escenas; más aún; el divino Padre, se sitúa en un tiempo, que es anterior, al tiempo de la misma idea; y esto en grados tan infinitos, que jamás criatura alguna, podrá alcanzarlo; estas escenas, son de maravillosos colores; y poseen todas las dimensiones imaginables; estas escenas, llegan desde todos los planetas de los que han habido; de los que están, y de los que estarán; es decir, que exsiste la divina television del futuro; no, de un sólo mundo; sino, de todos los mundos y soles; de que está compuesto, el universo expansivo pensante; he aquí la divina causa de toda Sagrada Escritura; las Sagradas Escrituras, que todo planeta posee, son escritas, eternidades antes, que el planeta nazca; es por eso, que el divino juicio final, fue anunciado al planeta Tierra; fué escrito antes que las propias violaciones provocadas por el espíritu humano; la diferencia de tiempo es abismante; las divinas escrituras, fueron creadas, antes que la Tierra fuera una microscópica chispita eléctrica; el divino Padre, sabiendo por adelantado, que es lo que le ocurrirá a determinada criatura, la deja actuar; deja que el libre albedrío de ese espíritu, pruebe sus propios errores; que los viva; que los experimente; que los conozca; porque son indudablemente, enseñanzas del mundo de la carne; por lo tanto, todo está justificado, desde el divino punto de la eternidad; que es el divino punto de la creación; los demás puntos de vista, son de concepción humana; y son por lo tanto, enjuiciados por lo divino; pues de lo divino salió; a lo divino vuelve; en el dibujo celeste, se vé una nave plateada, dentro de un sol; está recibiendo, infinitos fluídos solares; que son fuerzas magnéticas, en estado viviente; es decir, son creaciones en estado de inocencia; las divinas operaciones de estas naves, no tienen límites; van de sol en sol; la Tierra, es para los tripulantes de estas naves, un polvito; que de vez en cuando, es necesario visitar; pues estas naves, van en viaje a colosales mundos; que no son de la carne; mundos, pavorosamente inmensos; en que una molécula, es más grande que la misma Tierra; y ese colosal mundo, es microscópico en comparación con otros; esto significa, que en la creación del divino Padre Jehova, nada tiene límite; todo posee lo que debe poseer; pero nadie es mayor, que el Padre; este es el error más común en los que gobiernan la Tierra; para llegar a gobernar a los demás, se debe ser lo más humilde posible; porque la responsabilidad espíritual, es inmensa; todo gobernante de la Tierra, deberá rendir cuenta, de como sus enseñanzas, influyeron en las mentes de mis hijos; pero… veo, que la verdad es muy triste; veo un doloroso futuro para ellos; veo, un llorar y crujir de dientes; veo que ningún gobernante, coloca en su gobierno a los humildes; escrito fué que los humildes son los primeros en el Reino de los Cielos; y también deben serlo en las pruebas de la vida; veo que ningún gobernante, usa como divino símbolo, al divino Cordero de Dios; el único que le resucitará en carne; veo doctrinas y partidos, que no son árboles de mi creación; puesto que no toman en cuenta, mis divinas escrituras; sabiendo estos demonios, que primero está el complacer, al Creador de la vida; por lo tanto, mientras más dominio se tuvo entre los hermanos, más rigurosa es mi divina ley; igualmente, para aquél que más instrucción recibió su inteligencia; muchos pecan por ignorancia; y están más cerca de la inocencia; todos los gobernantes del llamado materialismo, serán los primeros en ser juzjados; ninguno quedará en sus puestos; todos los gobiernos, serán uno sólo; el mismo que han enseñado, mis Sagradas Escrituras; todo poder pasará a las humildes; porque la moral de un humilde, es más digna de fé; es más divina en el Reino de los Cielos; con ellos se inicia el milenio de paz; todos los terrestres del futuro, serán niños; pues en la filosofía de los niños, está la complacencia del divino Padre Jehova; ha quedado demostrado a través de los siglos, que la filosofía de los llamados adultos, traicionaron en su mayor parte, los divinos Mandamientos; y lo que es peor, transmitieron este error, a sus hijos; y éstos a sus hijos; no sólo fueron Adán y Eva; también fueron espíritus humanos los violadores; no podrán decir que no recibieron mi divina luz; ¿con qué objeto hubo mártires? ¿para qué, mi divino Hijo Primogénito dió su divina vida? todo se hizo en el Reino de los Cielos; de allí, salen infinitos planes divinos; de allí sale la divina luz; de todo conocimiento; de toda doctrina; que cada cual recoja en su conciencia, lo que sembró como espíritu; sabiendo desde siglos atrás, que todo espíritu es probado; a cada segundo, en su tiempo viviente; es decir, que a cada segundo tiempo terrestre, todas las ideas se proyectan en las divinas pantallas solares; ellas viajan por dimensiones microscópicas; atravesando toda materia; pues el más débil vence al más grande; y esto también lo sabe la criatura humana, desde siglos atrás; los humildes son los primeros; en llegar a mi divina morada; ¿y qué más humilde que una idea? ¿que ni su propio dueño la vé? tan grande es su humildad, que no se deja ni ver; así deberían ser los espíritus humanos; y no escandalizar mi divina palabra; con desnudos; malditas modas; que atropellan el propio sexo; ¡pobres de aquéllos que sabiendo que hay un Dios, no titubearon, en mofarse en sus propios modos de vivir! maldecirán haber nacido; cada poro; cada microscópica célula, se torna grande en el Reino de los Cielos; porque es una criatura viviente; y acusa a todo espíritu, que lo escandalizó ante el mundo; sublime verdad; que hará, que millones de mis hijos, maldigan a sus propios padres terrestres; que si hubiesen sido más respetuosos de mi divina ley, no habrían tenido esos hábitos; que les impedirán ser resucitados en carne, el año 2001; de los tales, no es mi divina añadidura; y no entran en el Reino de los Cielos; jamás, ni rico ni escandaloso, han entrado en los divinos paraísos; estas criaturas mundanas, se eternizan en microscópicos mundos de carne; pues sus propias ideas, cargan la divina balanza rosada; y en forma magnética, sus espíritus son atraídos hacia la materia carnal; quien se alimentó de una sola filosofía; y no puso en juego el resto de sus virtudes, hace que su propio destino futuro, sólo tenga una sola salida; volver sobre sus propios pasos; ningún brillo tiene tal espíritu, en el Reino de los Cielos; ¡qué diferentes de aquéllos, que habiendo cumplido con el divino y honrado trabajo, brillan como un hermoso rubí en el Reino de los Cielos; pues alrededor del cuerpo físico, se forma un brillo de color oro; que corresponde a cada idea con su respectiva acción; que se puede explicar con la siguiente divina ecuación: espíritu humano = una electricidad viviente con resonancia expansiva = 318 vibraciones por molécula de carne = una idea emanada en libre albedrío = una línea ondulada alrededor de su cuerpo físico.- esto significa que todo lo que piensa y habla la criatura, queda grabado a su alrededor; este pensar empieza desde bebé; pues todo bebé también piensa en forma inconsciente; muy parecido a los ángeles en el Reino de los Cielos; este pensar angelical que toda criatura tuvo, no se toma en cuenta en la divina justicia; lo que se toma en cuenta, es cuando la criatura empieza a sentir su propia responsabilidad espíritual; ésta empieza a los 12 años; a partir de allí, cada segundo vivido, cuenta para el juicio final; la culpabilidad de un espíritu pecador, vá en aumento a medida que gana en ilustración; pues la responsabilidad gana en causas y principios; sus propias virtudes se nutren; en la medida que el espíritu se ilustra; esto también le fué enseñado al hombre; desde muchos siglos atrás; de no sólo pan, vive el hombre; vive también del conocimiento; producto del esfuerzo de su propia inteligencia; toda inteligencia es también juzjada; pues es una criatura viviente; compuesta por un trillón de trillones de trillones de divinos querubínes del saber; cada inteligencia humana, está formada por divinas alianzas; cuya composición es la siguiente: un pensar humano, es un chispazo eléctrico = un trino de tres impulsos simultáneos = un libre albedrío en acción alfa; = un hecho que repercute en la materia y en el espíritu = una determinación materializada en bujías microscópicas, alrededor del cuerpo físico; sin contar el tiempo transcurrido, dentro de la mente; y el tiempo transcurrido fuera de ella; es decir tiempo material; en todo este divino proceso, ocurren hechos inauditos; es todo un universo el que se mueve; y todos sus integrantes, son criaturas vivientes; que viven sus propios espacios; sus propios tiempos; sus propias filosofías; y tienen un mismo destino; es decir, vuelven al mismo lugar del espíritu; estas criaturas en su conjunto, forman una vida humana; en la antiguidad de la Tierra, estuvo representada por el Arca de las Alianzas; pues tienen por límite, las líneas espírituales, que forman el cuerpo humano; estas líneas, miradas desde una dimensión microscópica, tienen forma de un arca rectangular; parecida a la del dibujo; de esto, se inspiraron los malditos dioses faraones; crearon las líneas amarillas y negras en sus malditas ropas; creyeron, que podían eternizarse el bién con el mal; la luz con la tiniebla; pero se equivocaron; como se equivocaron los llamados ricos del mundo; cuya simiente filosófica se inició con los malditos faraones.- |
Escribe: El Alfa y la Omega |
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