CONSTRUCCIÓN DE LOS PLATILLOS VOLADORES… CONT.-

La molécula del metal de las naves celestes, poseen Trinidad molecular.- La molécula en su prueba molecular dentro de un platillo volador, experimenta todas las sensaciones de molécula que pidió en leyes de reencarnación; cada sensación fué escrita en infinitas televisiones solares; las reencarnaciones son presenciadas por planetas, soles y platillos voladores; cada sensación de la molécula, le fué dada por otras microscópicas moléculas; moléculas del microcosmo dentro de la molécula del macrocosmo; lo pequeño posee a la vez otros pequeños; cada sensación de toda reencarnación es molecular; sensación por sensación el todo sobre el todo de la reencarnación posee un sentir que es proporcional a su Trinidad molecular, que hasta ese instante tiene alcanzado; la molécula en la creación del platillo volador, siente y vé a cuantos le rodean; y tal hecho es como una fotografía que queda impregnada en lo más íntimo de su molécula; es la reencarnación que vibra con todo el sentir del todo sobre el todo; la misma sensación que siente una molécula al reencarnar en lo que será un platillo volador, lo siente también el espíritu humano en la propia reencarnación; la reencarnación principia por sensaciones que en su composición microscópica, crean a la molécula de menor a mayor; desde lo invisible a lo visible; el espíritu se siente renacer en su todo sobre el todo; los universos al alcance de su jerarquía espíritual, penetran en él, como una saturación de posesión que se vuelve sentimiento; en la construcción de un platillo volador, sus moléculas aparecen de adentro hacia afuera; desde lo infinito microscópico hacia lo mayor del macrocosmo; todo principio molecular tiene dos brotes que dentro de la molécula no cesarán jamás: El magnetismo expansivo y el magnetismo geométrico; la evolución que exige espacio y tiempo y la forma de presencia de querer ser de tal ó cual geometría; las moléculas de un platillo volador son siempre igualitarias teniendo todas a la vez, diferentes individualidades moleculares; el todo sobre el todo de un platillo volador, se expresa en reciprocidad en todos los niveles geométricos del pensar; la solidez del metal de los platillos voladores, se logra según los instantes, en que se desee tal ó cual densidad molecular; y en cada densidad aparecen infinitas temperaturas solares; lo metal-solar forma universos de colores que forman las geometrías ó galaxias moleculares; es un magnetismo que irradia absorbiendo cielos sin filosofía; que son espacios que aún no han pedido tal ó cual reencarnación reconocida; los espacios, molécula por molécula también esperan reencarnaciones en el universo viviente de Dios; los espacios en todo instante reencarnan cuando tal ó cual geometría hecha objeto ó cosa, los ocupa; las fricciones ó roces con los objetos, son para los espacios experiencias mudas; los espacios son los mismos cielos; ningún espacio tiene límites y no obstante las criaturas en sus ciencias, le ponen límite; en los platillos voladores el espacio es según la jerarquía solar de la nave; los espacios y las moléculas forman un todo que se vá renovando en sí mismo; las transformaciones que ocurren en la constitución de un platillo volador, interviene el tiempo molecular; este tiempo nace desde infinitos principios de tiempo; es decir que habiendo salido los tiempos de un mismo lugar del universo, adquieren en sus reencarnaciones de tiempo, infinitas características que dan lugar a nuevos principios de tiempo; el tiempo que posee cada molécula es otro tiempo; el tiempo del espacio es también otro; el tiempo de toda vida, igual; y hasta el propio tiempo posee su tiempo en el tiempo; y no exsiste tiempo que no le llegue su tiempo; es decir tiempo de juicio; en los platillos voladores moléculas y tiempos, hacen también divinas alianzas para lograr llegar a ser, lo que desean; lo uno y lo otro se necesitan para conocer lo que no conocen; es lo mismo que le sucedió al espíritu humano; que sin el tiempo no conocería el tiempo de la Tierra ni ninguna clase de tiempo; el tiempo fué pedido por la criatura humana, porque no lo conocía; una cosa es vivir el tiempo espíritual en el Reino de los Cielos, y otra cosa es vivir el tiempo terrenal; y todo tiempo se modifica cuando la criatura también se modifica; lo último quiere decir que el tiempo también hace alianzas con los cambios sensibles de las virtudes del espíritu humano; la más microscópica sensación posee tiempo pedido en el Reino de los Cielos; lo microscópico posee derechos de igualdad, tal como lo posee lo grande ó lo gigantesco; en los platillos voladores las moléculas y el tiempo forman un todo de acontecimientos materializados con desarrollo transformador; en todo instante el sentir de un platillo volador, está presto a lo más inverosímil de los cambios emanados de las mentes de los padres solares; son las geometrías instantáneas de un platillo volador; de las cuales surgen las transformaciones de los platillos y de sus tripulantes; lo instantáneo mental se vuelve nueva geometría; esta ley asombra a los que pertenecen a las ciencias primitivas; tal como la ciencia de la Tierra; en los platillos voladores sus transformaciones se hacen mandando en el todo sobre el todo de la nave; la transformación principia por lo pequeño dimensional; es decir que un platillo volador es visto en forma simultánea, por muchos presentes que corresponden a otros tantos mundos y criaturas; lo dimensional abarca tantas evoluciones como es la jerarquía solar de las naves celestes; un platillo volador tiene poder de ascendencia sobre los elementos del universo, según el poder de su verbo solar; los platillos voladores mandan y crean a la vez; y enfrentan a los mundos desconocidos, en sus propias causas de leyes; el poder eterno está en el dominio de los elementos; el poder de los hombres de la Tierra, es poder que se engrandece en forma aislada, de los elementos de la Tierra; el poder de los tripulantes de los platillos voladores, nace conversando con las mismas moléculas del universo; lo limitado en los hombres se debe a que pidieron conocer el límite que como sensación, lo desconocían; todo poder salido del libre albedrío humano, que pidió ser probado por un instante llamado vida, le será quitado al hombre; ni una molécula de este extraño poder, quedará en lo por venir; es más fácil que quede en el nuevo mundo, lo que se pidió en el Reino de los Cielos; a que quede lo que no se pidió; en los platillos voladores sus tripulantes observan con extrañeza, el uso de una fuerza en la Tierra, que ninguno de los de la Tierra, pidió a Dios; porque todos pidieron leyes de amor; y todos le prometieron al Padre Jehova, no matar ni prepararse para matar; los que se prestaron para perfeccionar el matar, fueron los demonios de la prueba de la vida; en los platillos voladores sus tripulantes se aprestan a hacer desaparecer los extraños poderes de la fuerza, que ningún libre albedrío humano pidió a Dios; en los platillos voladores el concepto de la fuerza es otro; ellos los tripulantes solares, llaman a la fuerza, poder creador; no lo consideran destructor; exsisten muchos conceptos de la fuerza; el más demoníaco es aquel concepto de fuerza, que viola la ley de Dios; esta violación adquiere proporciones de drama, cuando ocurre en mundos de prueba como lo es la Tierra; la molécula en el desarrollo de toda fuerza, se comporta como quien es obligado a vivir una extraña sensación, en contra su voluntad; y toda molécula se quejará en el divino juicio de Dios; moléculas y espíritus se quejarán; el juicio de Dios, incluye a toda tiniebla que como la extraña fuerza, salieron de la mente humana; la criatura humana pidió a Dios, muchas sensaciones en que podría estar expuesto a tal ó cual hecho; pidió situaciones mentales que no conocía; y al pedirlas, le prometió a Dios, no violar las leyes de la luz; y la extraña sensación de la fuerza como razonamiento, le hizo caer; la prueba de la vida consistía en no caer; en no valerse del uso de la fuerza, para lograr su propio progreso; toda evolución planetaria que empleó el uso de la fuerza como razonamiento en su propio progreso, se hace acreedor a un divino juicio de parte de Dios; en el divino Juicio Final que se cierne sobre el actual extraño sistema de vida de la Tierra, juzjará a quienes obligaron a otros, a que se perfeccionaran en matar, a través de la fuerza; los que inculcaron el uso de la fuerza en la prueba de la vida, ninguno de ellos volverá a entrar al Reino de los Cielos; ni sus seguidores é imitadores, ninguno volverá a entrar al reino; es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que a otros inculcaron, sensaciones de amor y no de fuerza; en los platillos voladores el todo sobre el todo de su construcción, fué inspirado con psicología de fuerza amorosa; la fuerza amorosa es la única que eterniza lo que se es; el magnetismo del amor es el único que conduce al Reino del Padre; el magnetismo de la fuerza impuesta aleja; porque no está escrito su pedido en el Reino de los Cielos; los que en lejanos y remotísimos planetas de pruebas, fueron influenciados por extrañas sensaciones, que como el uso de la fuerza, no pidieron a Dios, los tales perpetúan su propio alejamiento de sus lugares de orígenes; la distancia de separación entre el espíritu que siente en sí mismo, una extraña influencia que ni él mismo pidió, perpetúa el alejamiento mientras dura la sensación en el espíritu; para que el espíritu vuelva a entrar al Reino de los Cielos, no debe quedar en él, ni el recuerdo de las extrañas sensaciones, que por culpa de otros, conoció en los lejanos planetas de pruebas; en los platillos voladores sus tripulantes ven las áureas de los seres humanos; y los colores de las mismas, los proyectan en la television solar; y ven en ellos, los colores de color de tinieblas, que caracteriza a los que sirven a la extraña fuerza; porque cada sensación del espíritu, se vuelve color; en los platillos voladores todos saben el destino que tendrán los seres humanos, cuando estén viviendo los acontecimientos del Juicio Final; de a uno por uno, ellos saben el respectivo destino; la molécula en su libre albedrío de molécula, se perfecciona a su manera, dentro de un platillo volador; y se reúnen formando el compañerismo molecular; ellas se reúnen por atracción de simpatía en sus propias características moleculares; las moléculas tienen infinitas apariencias geométricas, según el grado de evolución alcanzado, en sus propias reencarnaciones de moléculas; sus apariencias son parecidas a las apariencias humanas; es decir, que así como exsisten millones de rostros, diferentes los unos de los otros, en el género humano, igual ocurren en las moléculas; porque también en ellas, unas moléculas han avanzado más que otras, desde el instante en que conocieron su primera reencarnación; sus avances espírituales unas lo hicieron en tal ó cual galaxia y otras en otras; en los platillos voladores el principio de sus exsistencias nace del principio de los principios, de los propios padres solares; es decir que de sus lugares de orígenes, salen también ejércitos infinitos de moléculas, números, espacios, tiempos, etc, etc; además de los ejércitos de pequeños, venidos desde infinitos puntos del universo; esto se llama en el Reino de los Cielos, convergencia geométrica de pequeños todos, sobre un platillo volador; las moléculas obtienen informaciones del historial de los padres solares, que intervienen de tal ó cual construcción de platillo volador; estos historiales celestiales no tienen fín; las moléculas estudian a las jerarquías solares, en las televisiones solares de los planetas, soles y platillos voladores; igual ley cumplen los espíritus humanos y de los animales, cuando deciden conocer formas de vida que no conocen; toda criatura humana se informó de sus propios detalles de reencarnación antes de venir a la prueba de la vida; lo hizo en libre albedrío espíritual; porque la idea de conocer una vida que no se conocía, salió del mismo espíritu; nadie lo obligó a venir a la prueba de la vida; y en la búsqueda que cada cual hizo antes de elegir la vida, los espíritus hicieron divinas alianzas con las moléculas; sin las cuales es imposible la vida humana; las moléculas que componen el todo sobre el todo de un platillo volador, vieron a muchos espíritus humanos, pedir consejos y doctrinas a sus padres moleculares solares; estas escenas que ocurrieron en el Reino de los Cielos, se ven en las televisiones solares de todo platillo volador; y la humanidad del mundo de la prueba, también las verá en la television solar, en el planeta mismo; lo de arriba es igual a lo de abajo; lo que se escribió arriba, también se escribe en los planetas; las moléculas en el Reino de los Cielos, buscan como busca también el espíritu humano; y se forman las familias moleculares que han de unirse a muchos futuros cuerpos de carne; y cada molécula dá lugar a una reencarnación, dentro de la propia del espíritu humano; lo instantáneo y microscópico ocurre dentro de otro instantáneo y microscópico; las moléculas de los platillos voladores poseen leyes que las hacen, jerarquías más elevadas que las moléculas de la Tierra; las últimas obedecen a las primeras; esta obediencia, que es una ley propia del universo viviente de Dios, es la que permite la transformación que tendrá la Tierra, en el Milenio de Paz; es una subordinación amorosa que cautivará al mundo de la prueba y al nuevo mundo; las moléculas de la Tierra, estarán subordinadas al Hijo Primogénito Solar Cristo; en las pantallas de television solar de infinitos platillos voladores, sus tripulantes verán todos los acontecimientos del divino Juicio Final; la comunicación telepática entre el Hijo Primogénito Solar Cristo y los platillos voladores, será permanente é instantánea; a su divino llamado acudirán; y todo ojo humano verá, lo que jamás imaginó ver; las moléculas hablarán y los animales también; este prodigioso espectáculo llenará de espanto a los materialistas del mundo de la prueba; muchos intentarán suicidarse avergonzados; peor para ellos; porque si mil veces se quitan la vida, mil veces vuelven a ser resucitados por el hijo de Dios; las moléculas y los espíritus animales, provocarán el llorar y crujir de dientes del mundo de la prueba; los niños estarán maravillados; ellos no sentirán el extraño complejo de los adultos del mundo que se vá; este hecho llenará de verguenza a los del mundo de la vida de prueba, que no supieron conservar en sí mismos, la alegría propia de un niño; la prueba de la vida consistía en ello; había que conservar durante la vida, la alegría propia del Reino de los Cielos; porque es más fácil que vuelvan a entrar al Reino de los Cielos, los que cultivaron algo que era propio del Reino; a que puedan entrar, los que en nada lo imitaron; las moléculas durante el milenio de paz, principiarán a expresarse a niños-genios; cuya sabiduría que traerán al nacer, no necesitarán de la llamada educación superior ni de las llamadas universidades del mundo de la prueba; esta realidad llenará de verguenza y de complejo, a muchos orgullosos de las universidades del mundo; que se creyeron que sólo ellos lo sabían todo; ellos mismos se darán cuenta que nada sabían; todo orgulloso del intelecto humano, dividió su fruto por el orgullo; y en vez de recibir todo el puntaje de luz correspondiente a su estudio, recibe poco ó nada; el extraño orgullo le divide su recompensa; todo el que se dejó influenciar por la extraña sensación del orgullo, debe él mismo, calcular el número de segundos que contiene el tiempo que duró su orgullo; por cada segundo de orgullo, le corresponde volver a vivir una exsistencia, fuera del Reino de los Cielos; el hacerlo se le considera a todo orgulloso, como un acto de arrepentimiento; lo último es puntaje celestial de arrepentimiento; esto se debe a que lo de Dios es infinito; por el más microscópico esfuerzo mental, la criatura recibe exsistencias; sea en la luz sea en las tinieblas; el Eterno es infinitamente igualitario tanto para las leyes de la luz, como para las leyes de las tinieblas; la molécula en su ley viviente, también está expuesta a corromperse como se corrompe un espíritu que violó la moral de Dios; las moléculas del todo sobre el todo de la criatura humana, también se corrompen cuando el espíritu al cual se unió, se corrompe; es la extraña corrupción transmitida por el propio magnetismo de la carne en unión con el magnetismo con el espíritu; lo uno se nutre con lo otro; toda idea mental deja su sello de influencia en las moléculas de la carne; esta influencia hace un todo con las respectivas áureas de los cuerpos de cada uno; es una magnetización de tinieblas; el mundo de la prueba, verá sus 318 zonas de colores, proyectadas y aumentadas en la television solar; y todos conocerán su propia unidad ó valor que adquirió su propia tiniebla, durante la prueba de la vida; la luz ganada, también posee su unidad ó valor; las moléculas en un platillo volador, también reciben la influencia de los padres solares; y mientras más elevada es la jerarquía solar, mayores son también, las enseñanzas recibidas por las moléculas, que componen el todo sobre el todo del platillo volador; en las leyes solares, la sabiduría y el conocimiento son proporcionales al poder del verbo solar; las moléculas de un platillo volador están unidas a las mentes solares, por infinitos é invisibles cordones solares; son microscópicas dimensiones que según sea el verbo del padre solar, se achican y se agigantan hasta hacerse visibles; en estas dimensiones se ven los más variados soles de colores, que mente alguna pueda imaginar; y se ven escenas de mundos que están subordinados dentro de la respectiva jerarquía del padre solar; esta ley se llama en el Reino de los Cielos, dimensiones subordinadas a un padre solar; y constituye una de las infinitas glorias de la creación del Padre Jehova; divino Padre Jehova, veo que estas dimensiones se abren en ángulo; algo así como un enorme abanico de colores; así es hijo, ellas hacen las más imaginables geometrías; tal como lo hace una criatura humana, en su respectiva jerarquía de humano; estas dimensiones como lo ves, se expanden hasta el infinito y se contraen hasta constituírse en una fina línea solar; las moléculas en un platillo volador, se expanden por el espacio en grado infinito; y lo hacen a través de sus cordones solares; así lo veo divino Padre Jehova; este espectáculo maravilloso me recuerda cuando la mente humana sueña; te diré que lo que ves, es para el sentir de las moléculas, algo parecido al sueño; sólo que las moléculas no necesitan dormir para soñar; en ellas, la sensación de soñar es permanente; en todo instante las moléculas de un platillo volador, están en contacto expansivo con el cosmos; es como vivir en todo instante una vida, y en el instante siguiente, otra vida; siendo la misma criatura; es el traspaso de dimensiones que se vuelve levitación en la molécula; es algo parecido en lo que te sucedió en tu prueba espíritual; así lo recuerdo por tu divina gracia, divino Padre Jehova; divino Padre, ¿las moléculas de la Tierra, cumplen la misma ley, que cumplen las moléculas de los platillos voladores? no hijo; no cumplen la misma ley; porque las moléculas del planeta Tierra, también pidieron a Dios, la prueba de la vida; las moléculas en sus libres albedríos de moléculas, pidieron también el olvido molecular; tal como los espíritus humanos pidieron el olvido espíritual; moléculas y espíritus pidieron conocer el olvido del pasado, en la prueba de la vida, porque no lo conocían; desconocían la sensación de vivir una forma de olvido, en un lejano planeta de prueba; y así sucedió con cada una de las sensaciones, que a cada uno le tocó vivir en la prueba de la vida; sensación por sensación, cada una fué pedida en el Reino de los Cielos; lo que no se conoce se pide a Dios conocer; incluyendo las sensaciones de sí mismo; las moléculas de la Tierra también pidieron a Dios, sus propias sensaciones moleculares; ellas pidieron lo extático y lo silencioso para vivirlo en el presente humano; muchas sensaciones pidieron las moléculas, para experimentarlas en su interior; en su núcleo interno, suceden grandes movimientos físicos, en dimensión microscópica; las moléculas de la Tierra, hablarán cuando el hijo de Dios, les hable telepáticamente; esta conversación telepática con las moléculas de un mundo, corresponde a la ley de la gloria y majestad, de un hijo primogénito solar del Padre Jehova; las moléculas como tales, participan también en el divino juicio de Dios; ellas se alistan para representar la unidad-molécula en el divino juicio del Padre; y lo hará en alianza con el segundo; unidad de tiempo; en los platillos voladores sus moléculas también se aprestan para intervenir en los acontecimientos del divino Juicio Final; porque todo acontecimiento a partir del primer segundo, dejado el último segundo del tiempo de la prueba de la vida, serán acontecimientos con nuevas ideas y nuevas moléculas; porque todo será restituído principiando por las ideas y por las moléculas; nuevas divinas alianzas se escriben en el Reino de los Cielos; que darán por resultado un nuevo mundo; las moléculas siendo partículas invisibles para el ojo humano, juegan el más grande papel en los destinos humanos, que pidieron la prueba de la vida; porque de ellas, pende el destino de todos; la obra humana se desglosa por molécula-segundo para calcular su premio ó su castigo; de lo pequeño pende el destino del grande; porque lo microscópico vivido, también se incluye en el divino juicio de Dios; el término: Por sobre todas las cosas imaginables, que fué pedido por la humanidad misma, incluye a lo invisible que compartió con el espíritu, la prueba de la vida; las moléculas pidieron también a Dios, el Juicio Final a sus propias leyes de moléculas; el todo sobre el todo lo pidió; en los platillos voladores lo molecular se apresta a expandirse por la Tierra; son infinitas misiones en que cada pequeña molécula, se apresta y se perfecciona para tener éxito en su misión; tal como los hombres se preparan para lo que desean emprender; la molécula cambiará el curso de la historia del planeta; esta revelación le fué anunciada al mundo de la prueba, en la divina parábola que dice: Todo humilde es grande en el Reino de los Cielos; esta humildad se refería a las moléculas, virtudes, ideas; se refería a todo lo microscópico de la naturaleza de la Tierra; incluyendo a los humildes de espíritu; las leyes y las parábolas salidas de Dios, son por igual tanto para la materia como para el espíritu; porque nadie es menos delante de Dios; ni la materia ni el espíritu lo son; las moléculas de un platillo volador, harán divinas alianzas con las ya exsistentes en la Tierra; el enriquecimiento del conocimiento invadirá todo el planeta; y su influencia será tal, que extrañas costumbres caerán; nueva psicología nace en la Tierra; esta nueva psicología repudiará lo que hasta entonces era una costumbre; el espíritu humano será sacudido en su todo sobre el todo; la molécula en su ley de puntaje celestial, lo revolucionará todo; y no habrá quien no llore; porque el poder de una pequeña como lo es la molécula, es tal, que nadie de la prueba de la vida, nadie volverá a entrar al Reino de los Cielos; los platillos voladores inician en la Tierra, una época que fué realidad en el principio del mundo; cuando el mundo siendo microscópico, vivió la Era de los Cielos Abiertos; una era que dió principio a todas las leyendas; porque siendo el Eterno infinito, las leyendas todas son verdaderas y tienen causa viviente de leyendas; la Tierra volverá a presenciar la fascinante Era de los Cielos Abiertos; cielos que se cerraron, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, en su microscópico paraíso; paraíso que empezaba a nacer desde el interior de una molécula; divino Padre Jehova, ¿es por esta verdad, es que fué escrito: Del polvo eres y al polvo volverás? así es hijo; una molécula es menos que un polvo; y un polvo está constituído por moléculas; las moléculas cuando nacen en los lejanos soles, son tan pequeñas, que se hace necesario reencarnar en dimensiones microscópicas, para poder verlas; las jerarquías solares pueden verlas en su nacimiento solar; porque ellas habiendo sido moléculas en tiempos remotísimos, tienen por derecho propio, la potestad de verlas; y mientras mayor es el divino verbo que han alcanzado, mayor es también el poder que poseen, para penetrar los infinitos del microcosmo; ellos hacen inauditos retrocesos en tiempos que ya fueron; en tiempos que vivieron otras alianzas con el todo sobre el todo; de sus verbos solares emergen historias planetarias que fascinan; la Tierra presenciará tales maravillas en el Milenio de Paz; las moléculas en sus leyes de molécula, comparten su destino con los que se han unido; enfrentan sus propias pruebas moleculares; y contemplan en lo extático, todos los cambios que experimentan; todo cambio ó rasgo físico provocado en ellas, en lo extático lo sienten; la sensibilidad de lo extático, es lo mudo que siente y no se expresa; y toda transformación ocurrida en cada molécula, queda registrada en la naturaleza misma; la atmósfera misma retiene en sus ondas geométricas atmosféricas, toda imaginable geometría, de lo que cada uno hizo en la prueba de la vida; este registro de los propios actos, tiene principio eterno; hasta el nacimiento de un espíritu queda grabado por toda la eternidad; en carne ó no, todo espíritu graba en forma instantánea, sus propios actos; cada cual se hace su propia television solar, con sus propios actos; es por esta ley es que fué escrito: De sí mismo sale todo; ó sale la luz ó sale la tiniebla; la decisión en todo sale de sí mismo; y en todo instante, la criatura se geometriza por sus propias decisiones; la television solar acto por acto, es una geometría que naciendo del propio pensar, queda grabada en la atmósfera; el magnetismo mental hace alianzas con el magnetismo de la atmósfera; y todo padre solar tiene el poder de mandar materializarse, a todo lo que está en lo invisible de la materia y el espíritu; este poder es proporcional al divino verbo que posee cada padre solar; en los platillos voladores también ocurren sucesos que ocurren en la Tierra ó que ocurrieron en el principio de los tiempos; en estas naves quedan registradas las evoluciones de infinitos planetas; allí se sabe el futuro planetario, antes que el futuro con sus sucesos, se materialicen; se ven las escenas, antes que ocurran en el presente y en el preciso instante; las moléculas en su principio de nacimiento solar, traen en sí mismos, la geometría de lo que sintieron en los vientres de las madres solares; y lo que se vé dentro de una madre solar, son paraísos vivientes, que en sus moléculas prima la divina filosofía de la madre misma; el nacimiento de todo cuanto exsiste, es divino parto que no tiene ni tendrá jamás fín; lo que ocurre en una pareja de soles, está ocurriendo en todo instante, en infinitas parejas solares; y todas las parejas solares, están amorosamente subordinadas a la divina Madre Solar Omega; que con el divino Padre Jehova, forman la divina igualdad en poderes y derechos; las moléculas habiendo tenido un único principio original, van teniendo y en forma infinita, eternos y nuevos principios de jerarquías moleculares; sucede que en virtud de sus libres albedríos, muchas veces piden el volver a nacer de nuevo, en los vientres de las madres solares; repiten la experiencia encontrando nuevas ciencias; esto se llama en el Reino de los Cielos, retorno a la Madre; como igualmente exsiste el pedido de retorno al Padre; las moléculas poseen en sus sensibilidades, la armonía ó música celestial; y las notas musicales mismas, están también constituídas por las moléculas musicales; en los platillos voladores, se vive en eterna armonía musical; música celestial proveniente de infinitas y remotísimas galaxias de planetas; es una música que de escucharla el mundo de la prueba, la humanidad entera se quedaría dormida; porque todos serían arrebatados y proyectados a las jerarquías elevadísimas, que fueron antes del instante, en que cada uno nació en el Reino de los Cielos; el arrebato que cada cual sentiría, sobrepasaría todos los controles de todas las virtudes del propio pensar; la música celestial de fuera de la Tierra, se materializa; es decir, que los padres solares, convierten sus notas, en planetas musicales; esta ley de maravilla la presenciará el mundo de la prueba; y los grandes genios de la música, que conoció el mundo, quedarán como aprendices de un mundo primitivo; las moléculas en sus maneras de ser, tienen también perfeccionamientos é imperfecciones; las hay con infinitos caracteres; las individualidades solares perfeccionan a las individualidades moleculares; es ésta la causa principal, por lo que las moléculas piden reencarnaciones en planetas, soles, naves etc; porque para conocer ciencias que no se conocen, todo libre albedrío viviente pide volver a nacer de nuevo, para conocerlas; la criatura humana pidió conocer lo humano porque no lo conocía; más adelante y en virtud de su libre albedrío espíritual, pedirá conocer otras formas de vida; por algo se le enseñó que su Dios era infinito; la prueba de la vida consistía en no olvidarlo; quien lo olvidó también será olvidado en el Reino de los Cielos; la molécula pide ser molécula cuando el magnetismo creador de los soles, piensa en moléculas; es la divina decisión del verbo solar, de llegar a ser en lo que se desea; esta ley solar no se cumple en la ley humana, porque todo espíritu humano tiene un divino mandato de prueba que cumplir; y todo mandato salido del Reino de los Cielos, se cumple hasta en su última molécula de hechos pedidos, y hasta en su último segundo de tiempo pedido; la molécula nace de un deseo solar; nace de una sensación que le satura de una individualidad; porque las lumbreras solares son mente y físico; son libres albedríos que se expanden en nuevas y microscópicas geometrías, llamadas criaturas; el orígen de la molécula y de todo espíritu, salen de una misma ley; porque las transformaciones de una individualidad, no cesarán jamás; y siempre se dirá, que se salió de un principio eterno; y en cada individualidad que se vive, la misma se expande y se multiplica; en la criatura humana esta expansión se cumple a través de las ideas físicas; y sucede que las sensaciones que cada cual posee y siente, forman un todo de macrocosmo; lo microscópico que se es en sí mismo, estaba ya en el universo en una dimensión infinita; cada sensación que se experimenta, posee su propio reino con sus leyes y jerarquías propias; exsistiendo también, el Reino de los Cielos de las moléculas; tal como exsiste el Reino de los Cielos de los espíritus; exsiste en millones de criaturas humanas, de considerarse sólo ellas como criaturas únicas que piensan; en sus microscópicos conceptos que tienen del infinito, no conciben otra idea, que la de engrandecerse ellos mismos; la prueba de la vida, consistía en no caer en esta extraña sensación de creerse único; porque sólo Dios es único; ninguno de los que se consideraron único, ninguno vuelve a entrar al Reino de los Cielos; nadie del universo, le dá la razón al que se llamó único en su respectivo planeta; las moléculas al nacer en los vientres de las madres solares, nacen con influencia del divino carácter de la propia madre solar; igual ley cumplen los espíritus; el principio es para todos igual; materia y espíritu nacen de una misma sensación solar; el principio se llama en el Reino de los Cielos, la brisa celular; que nace sintiendo y que se desprende de un todo solar infinito; la Brisa Celular es una sensación de roce mínimo entre la fuente de sensaciones de la cual se salió, y el cosmos mismo; las madres solares vibran en cada parto solar; y cada vibración es una geometría que impulsa a la brisa celular a amoldarse a una de tales geometrías; y toda molécula como todo espíritu, nacen con una microscópica geometría que es el principio geométrico de sí mismo; el principio de todo espíritu humano, tuvo la geometría de un ángulo recto de 90°; esta geometría representa la forma del libre albedrío humano; es la geometría original del libre albedrío humano; es el ángulo del Hijo Primogénito Solar Cristo; expresado en el divino evangelio de Dios, como el Alfa y la Omega; el principio geométrico del propio libre albedrío, ocurrido en el sol Omega; la línea y el círculo; la determinante geométrica de los seres pensantes del universo, nace de ellos mismos; las individualidades solares al unirse en matrimonios solares, proyectan las futuras creaciones; los libres albedríos principian con la sensación primera, de la igualdad; porque no conocen otra; en las moléculas ocurre cosa igual; su cohesión como brisa celular, es de unificación expansiva; mientras mayor es la reproducción como tales, más se perfecciona la cohesión, la igualdad, la unidad del todo sobre el todo; se nace por principio original, con un número viviente equilibrado; es el número de la inocencia solar; y las pruebas de vidas, ó de reencarnaciones, consistía en mantener inalterable, el número equilibrante de la inocencia; cuando los libres albedríos de los espíritus en los planetas, deciden crear sistemas de vida, deben de cuidarse de no desequilibrar el número de la inocencia; en el planeta Tierra, hubo y hay desequilibrio en el número de la inocencia; la inocencia humana conoció extrañas sensaciones, que el espíritu no pidió en el Reino de los Cielos; las extrañas sensaciones que nadie pidió son los escándalos, los vicios, los engaños, la división para gobernar, el libertinaje, la tentación en usar la fuerza para imponerse; había que cuidarse segundo por segundo, durante la prueba de la vida, de no desequilibrar al número de su propia inocencia; el saber esta ley, es saber la causa del porqué había que luchar por tal ó cual moral; los números y las moléculas vivientes, poseen también número de inocencia; y gimen cuando el espíritu al cual se unieron, para conocer una forma de vida, violó la divina ley de Dios; el todo sobre el todo de la criatura humana, pide juicio contra el propio espíritu; pues nadie desea ser acusado de cómplice, con los que violaron la ley de Dios; la molécula en los platillos voladores, cumple y siente la misma ley de inocencia; porque muchos padres solares, violan a veces la ley de Dios; como la violaron los hombres; el llamado satanás era también un padre solar, que se rebeló contra el Eterno; las historias de los que se rebelan a Dios, son infinitas; porque nada tiene límites en la creación de Dios; exsisten violaciones arriba como exsisten abajo; es por eso que se escribió que lo de arriba es igual a lo de abajo; las violaciones de los padres solares, son caídas de otras perfecciones; la ley humana debe atender su propia ley; porque aunque las jerarquías solares, hayan violado su ley, tal hecho a ellos corresponde; cada cual en su propia ley de evolución; no corresponde que las jerarquías menores como lo es la humana, se atribuya el derecho de criticar a las mayores del macrocosmo; pues de las mayores sale la vida ó resurrección de toda carne; las moléculas cumplen igual ley que la que cumplen los espíritus humanos; ellas no pueden tomarse la libertad, de criticar a los padres solares moléculas; en los platillos voladores reina el infinito respeto, tal como sucede en el Reino de los Cielos; la disciplina en un platillo volador es la divina norma del diario ajetreo cósmico; y la disciplina tiene por base las leyes de las comunicaciones telepáticas, a nivel universal; el verbo solar posee medios de comunicación infinitos; siendo la telepatía una de las preferidas; en los platillos voladores todos son telepáticos y a la vez, lo expresan por lenguaje hablado y viceversa; las moléculas en sus conversaciones con los tripulantes solares, cumplen iguales leyes de comunicación; en cada cambio de rumbo de la nave, se emplea la telepatía en infinitos grados; y toda conversación telepática, queda escrita en la television solar, en las respectivas escenas que se vivieron; tal como quedan escritas, instante por instante, las conversaciones diarias de toda criatura humana; y todo ojo que verá al hijo de Dios, escuchará su propia voz, en la television solar; y millones se llenarán de verguenza, porque todo el que se expresó en groserías, se escuchará y lo escuchará el mundo; verguenza y lágrimas, caracterizará a la era del llorar y crujir de dientes; es el juicio universal y público, que todos pidieron en el Reino de los Cielos; y todo pedido hecho a Dios, se cumple hasta en su última molécula; las moléculas de las palabras habladas durante la prueba de la vida, se aprestan a quejarse contra el espíritu grosero; esta ley será llamada durante el divino juicio, escándalo de boca; los que teniendo boca y violaron la ley, envidiarán a los mudos de la prueba de la vida; porque el mudo por ser mudo, ninguna grosería expresó; por lo tanto ninguna molécula de palabra alguna, le acusará; por cada queja de cada molécula, los escandalosos de la boca, tendrán que volver a vivir, una exsistencia fuera del Reino de los Cielos; se les advirtió que lo de Dios, era infinito tanto en la luz como en las tinieblas.-

La molécula del metal de las naves celestes, poseen Trinidad molecular.- La molécula en su prueba molecular dentro de un platillo volador, experimenta todas las sensaciones de molécula que pidió en leyes de reencarnación; cada sensación fué escrita en infinitas televisiones solares; las reencarnaciones son presenciadas por planetas, soles y platillos voladores; cada sensación de la molécula, le fué dada por otras microscópicas moléculas; moléculas del microcosmo dentro de la molécula del macrocosmo; lo pequeño posee a la vez otros pequeños; cada sensación de toda reencarnación es molecular; sensación por sensación el todo sobre el todo de la reencarnación posee un sentir que es proporcional a su Trinidad molecular, que hasta ese instante tiene alcanzado; la molécula en la creación del platillo volador, siente y vé a cuantos le rodean; y tal hecho es como una fotografía que queda impregnada en lo más íntimo de su molécula; es la reencarnación que vibra con todo el sentir del todo sobre el todo; la misma sensación que siente una molécula al reencarnar en lo que será un platillo volador, lo siente también el espíritu humano en la propia reencarnación; la reencarnación principia por sensaciones que en su composición microscópica, crean a la molécula de menor a mayor; desde lo invisible a lo visible; el espíritu se siente renacer en su todo sobre el todo; los universos al alcance de su jerarquía espíritual, penetran en él, como una saturación de posesión que se vuelve sentimiento; en la construcción de un platillo volador, sus moléculas aparecen de adentro hacia afuera; desde lo infinito microscópico hacia lo mayor del macrocosmo; todo principio molecular tiene dos brotes que dentro de la molécula no cesarán jamás: El magnetismo expansivo y el magnetismo geométrico; la evolución que exige espacio y tiempo y la forma de presencia de querer ser de tal ó cual geometría; las moléculas de un platillo volador son siempre igualitarias teniendo todas a la vez, diferentes individualidades moleculares; el todo sobre el todo de un platillo volador, se expresa en reciprocidad en todos los niveles geométricos del pensar; la solidez del metal de los platillos voladores, se logra según los instantes, en que se desee tal ó cual densidad molecular; y en cada densidad aparecen infinitas temperaturas solares; lo metal-solar forma universos de colores que forman las geometrías ó galaxias moleculares; es un magnetismo que irradia absorbiendo cielos sin filosofía; que son espacios que aún no han pedido tal ó cual reencarnación reconocida; los espacios, molécula por molécula también esperan reencarnaciones en el universo viviente de Dios; los espacios en todo instante reencarnan cuando tal ó cual geometría hecha objeto ó cosa, los ocupa; las fricciones ó roces con los objetos, son para los espacios experiencias mudas; los espacios son los mismos cielos; ningún espacio tiene límites y no obstante las criaturas en sus ciencias, le ponen límite; en los platillos voladores el espacio es según la jerarquía solar de la nave; los espacios y las moléculas forman un todo que se vá renovando en sí mismo; las transformaciones que ocurren en la constitución de un platillo volador, interviene el tiempo molecular; este tiempo nace desde infinitos principios de tiempo; es decir que habiendo salido los tiempos de un mismo lugar del universo, adquieren en sus reencarnaciones de tiempo, infinitas características que dan lugar a nuevos principios de tiempo; el tiempo que posee cada molécula es otro tiempo; el tiempo del espacio es también otro; el tiempo de toda vida, igual; y hasta el propio tiempo posee su tiempo en el tiempo; y no exsiste tiempo que no le llegue su tiempo; es decir tiempo de juicio; en los platillos voladores moléculas y tiempos, hacen también divinas alianzas para lograr llegar a ser, lo que desean; lo uno y lo otro se necesitan para conocer lo que no conocen; es lo mismo que le sucedió al espíritu humano; que sin el tiempo no conocería el tiempo de la Tierra ni ninguna clase de tiempo; el tiempo fué pedido por la criatura humana, porque no lo conocía; una cosa es vivir el tiempo espíritual en el Reino de los Cielos, y otra cosa es vivir el tiempo terrenal; y todo tiempo se modifica cuando la criatura también se modifica; lo último quiere decir que el tiempo también hace alianzas con los cambios sensibles de las virtudes del espíritu humano; la más microscópica sensación posee tiempo pedido en el Reino de los Cielos; lo microscópico posee derechos de igualdad, tal como lo posee lo grande ó lo gigantesco; en los platillos voladores las moléculas y el tiempo forman un todo de acontecimientos materializados con desarrollo transformador; en todo instante el sentir de un platillo volador, está presto a lo más inverosímil de los cambios emanados de las mentes de los padres solares; son las geometrías instantáneas de un platillo volador; de las cuales surgen las transformaciones de los platillos y de sus tripulantes; lo instantáneo mental se vuelve nueva geometría; esta ley asombra a los que pertenecen a las ciencias primitivas; tal como la ciencia de la Tierra; en los platillos voladores sus transformaciones se hacen mandando en el todo sobre el todo de la nave; la transformación principia por lo pequeño dimensional; es decir que un platillo volador es visto en forma simultánea, por muchos presentes que corresponden a otros tantos mundos y criaturas; lo dimensional abarca tantas evoluciones como es la jerarquía solar de las naves celestes; un platillo volador tiene poder de ascendencia sobre los elementos del universo, según el poder de su verbo solar; los platillos voladores mandan y crean a la vez; y enfrentan a los mundos desconocidos, en sus propias causas de leyes; el poder eterno está en el dominio de los elementos; el poder de los hombres de la Tierra, es poder que se engrandece en forma aislada, de los elementos de la Tierra; el poder de los tripulantes de los platillos voladores, nace conversando con las mismas moléculas del universo; lo limitado en los hombres se debe a que pidieron conocer el límite que como sensación, lo desconocían; todo poder salido del libre albedrío humano, que pidió ser probado por un instante llamado vida, le será quitado al hombre; ni una molécula de este extraño poder, quedará en lo por venir; es más fácil que quede en el nuevo mundo, lo que se pidió en el Reino de los Cielos; a que quede lo que no se pidió; en los platillos voladores sus tripulantes observan con extrañeza, el uso de una fuerza en la Tierra, que ninguno de los de la Tierra, pidió a Dios; porque todos pidieron leyes de amor; y todos le prometieron al Padre Jehova, no matar ni prepararse para matar; los que se prestaron para perfeccionar el matar, fueron los demonios de la prueba de la vida; en los platillos voladores sus tripulantes se aprestan a hacer desaparecer los extraños poderes de la fuerza, que ningún libre albedrío humano pidió a Dios; en los platillos voladores el concepto de la fuerza es otro; ellos los tripulantes solares, llaman a la fuerza, poder creador; no lo consideran destructor; exsisten muchos conceptos de la fuerza; el más demoníaco es aquel concepto de fuerza, que viola la ley de Dios; esta violación adquiere proporciones de drama, cuando ocurre en mundos de prueba como lo es la Tierra; la molécula en el desarrollo de toda fuerza, se comporta como quien es obligado a vivir una extraña sensación, en contra su voluntad; y toda molécula se quejará en el divino juicio de Dios; moléculas y espíritus se quejarán; el juicio de Dios, incluye a toda tiniebla que como la extraña fuerza, salieron de la mente humana; la criatura humana pidió a Dios, muchas sensaciones en que podría estar expuesto a tal ó cual hecho; pidió situaciones mentales que no conocía; y al pedirlas, le prometió a Dios, no violar las leyes de la luz; y la extraña sensación de la fuerza como razonamiento, le hizo caer; la prueba de la vida consistía en no caer; en no valerse del uso de la fuerza, para lograr su propio progreso; toda evolución planetaria que empleó el uso de la fuerza como razonamiento en su propio progreso, se hace acreedor a un divino juicio de parte de Dios; en el divino Juicio Final que se cierne sobre el actual extraño sistema de vida de la Tierra, juzjará a quienes obligaron a otros, a que se perfeccionaran en matar, a través de la fuerza; los que inculcaron el uso de la fuerza en la prueba de la vida, ninguno de ellos volverá a entrar al Reino de los Cielos; ni sus seguidores é imitadores, ninguno volverá a entrar al reino; es más fácil que entren al Reino de los Cielos, los que a otros inculcaron, sensaciones de amor y no de fuerza; en los platillos voladores el todo sobre el todo de su construcción, fué inspirado con psicología de fuerza amorosa; la fuerza amorosa es la única que eterniza lo que se es; el magnetismo del amor es el único que conduce al Reino del Padre; el magnetismo de la fuerza impuesta aleja; porque no está escrito su pedido en el Reino de los Cielos; los que en lejanos y remotísimos planetas de pruebas, fueron influenciados por extrañas sensaciones, que como el uso de la fuerza, no pidieron a Dios, los tales perpetúan su propio alejamiento de sus lugares de orígenes; la distancia de separación entre el espíritu que siente en sí mismo, una extraña influencia que ni él mismo pidió, perpetúa el alejamiento mientras dura la sensación en el espíritu; para que el espíritu vuelva a entrar al Reino de los Cielos, no debe quedar en él, ni el recuerdo de las extrañas sensaciones, que por culpa de otros, conoció en los lejanos planetas de pruebas; en los platillos voladores sus tripulantes ven las áureas de los seres humanos; y los colores de las mismas, los proyectan en la television solar; y ven en ellos, los colores de color de tinieblas, que caracteriza a los que sirven a la extraña fuerza; porque cada sensación del espíritu, se vuelve color; en los platillos voladores todos saben el destino que tendrán los seres humanos, cuando estén viviendo los acontecimientos del Juicio Final; de a uno por uno, ellos saben el respectivo destino; la molécula en su libre albedrío de molécula, se perfecciona a su manera, dentro de un platillo volador; y se reúnen formando el compañerismo molecular; ellas se reúnen por atracción de simpatía en sus propias características moleculares; las moléculas tienen infinitas apariencias geométricas, según el grado de evolución alcanzado, en sus propias reencarnaciones de moléculas; sus apariencias son parecidas a las apariencias humanas; es decir, que así como exsisten millones de rostros, diferentes los unos de los otros, en el género humano, igual ocurren en las moléculas; porque también en ellas, unas moléculas han avanzado más que otras, desde el instante en que conocieron su primera reencarnación; sus avances espírituales unas lo hicieron en tal ó cual galaxia y otras en otras; en los platillos voladores el principio de sus exsistencias nace del principio de los principios, de los propios padres solares; es decir que de sus lugares de orígenes, salen también ejércitos infinitos de moléculas, números, espacios, tiempos, etc, etc; además de los ejércitos de pequeños, venidos desde infinitos puntos del universo; esto se llama en el Reino de los Cielos, convergencia geométrica de pequeños todos, sobre un platillo volador; las moléculas obtienen informaciones del historial de los padres solares, que intervienen de tal ó cual construcción de platillo volador; estos historiales celestiales no tienen fín; las moléculas estudian a las jerarquías solares, en las televisiones solares de los planetas, soles y platillos voladores; igual ley cumplen los espíritus humanos y de los animales, cuando deciden conocer formas de vida que no conocen; toda criatura humana se informó de sus propios detalles de reencarnación antes de venir a la prueba de la vida; lo hizo en libre albedrío espíritual; porque la idea de conocer una vida que no se conocía, salió del mismo espíritu; nadie lo obligó a venir a la prueba de la vida; y en la búsqueda que cada cual hizo antes de elegir la vida, los espíritus hicieron divinas alianzas con las moléculas; sin las cuales es imposible la vida humana; las moléculas que componen el todo sobre el todo de un platillo volador, vieron a muchos espíritus humanos, pedir consejos y doctrinas a sus padres moleculares solares; estas escenas que ocurrieron en el Reino de los Cielos, se ven en las televisiones solares de todo platillo volador; y la humanidad del mundo de la prueba, también las verá en la television solar, en el planeta mismo; lo de arriba es igual a lo de abajo; lo que se escribió arriba, también se escribe en los planetas; las moléculas en el Reino de los Cielos, buscan como busca también el espíritu humano; y se forman las familias moleculares que han de unirse a muchos futuros cuerpos de carne; y cada molécula dá lugar a una reencarnación, dentro de la propia del espíritu humano; lo instantáneo y microscópico ocurre dentro de otro instantáneo y microscópico; las moléculas de los platillos voladores poseen leyes que las hacen, jerarquías más elevadas que las moléculas de la Tierra; las últimas obedecen a las primeras; esta obediencia, que es una ley propia del universo viviente de Dios, es la que permite la transformación que tendrá la Tierra, en el Milenio de Paz; es una subordinación amorosa que cautivará al mundo de la prueba y al nuevo mundo; las moléculas de la Tierra, estarán subordinadas al Hijo Primogénito Solar Cristo; en las pantallas de television solar de infinitos platillos voladores, sus tripulantes verán todos los acontecimientos del divino Juicio Final; la comunicación telepática entre el Hijo Primogénito Solar Cristo y los platillos voladores, será permanente é instantánea; a su divino llamado acudirán; y todo ojo humano verá, lo que jamás imaginó ver; las moléculas hablarán y los animales también; este prodigioso espectáculo llenará de espanto a los materialistas del mundo de la prueba; muchos intentarán suicidarse avergonzados; peor para ellos; porque si mil veces se quitan la vida, mil veces vuelven a ser resucitados por el hijo de Dios; las moléculas y los espíritus animales, provocarán el llorar y crujir de dientes del mundo de la prueba; los niños estarán maravillados; ellos no sentirán el extraño complejo de los adultos del mundo que se vá; este hecho llenará de verguenza a los del mundo de la vida de prueba, que no supieron conservar en sí mismos, la alegría propia de un niño; la prueba de la vida consistía en ello; había que conservar durante la vida, la alegría propia del Reino de los Cielos; porque es más fácil que vuelvan a entrar al Reino de los Cielos, los que cultivaron algo que era propio del Reino; a que puedan entrar, los que en nada lo imitaron; las moléculas durante el milenio de paz, principiarán a expresarse a niños-genios; cuya sabiduría que traerán al nacer, no necesitarán de la llamada educación superior ni de las llamadas universidades del mundo de la prueba; esta realidad llenará de verguenza y de complejo, a muchos orgullosos de las universidades del mundo; que se creyeron que sólo ellos lo sabían todo; ellos mismos se darán cuenta que nada sabían; todo orgulloso del intelecto humano, dividió su fruto por el orgullo; y en vez de recibir todo el puntaje de luz correspondiente a su estudio, recibe poco ó nada; el extraño orgullo le divide su recompensa; todo el que se dejó influenciar por la extraña sensación del orgullo, debe él mismo, calcular el número de segundos que contiene el tiempo que duró su orgullo; por cada segundo de orgullo, le corresponde volver a vivir una exsistencia, fuera del Reino de los Cielos; el hacerlo se le considera a todo orgulloso, como un acto de arrepentimiento; lo último es puntaje celestial de arrepentimiento; esto se debe a que lo de Dios es infinito; por el más microscópico esfuerzo mental, la criatura recibe exsistencias; sea en la luz sea en las tinieblas; el Eterno es infinitamente igualitario tanto para las leyes de la luz, como para las leyes de las tinieblas; la molécula en su ley viviente, también está expuesta a corromperse como se corrompe un espíritu que violó la moral de Dios; las moléculas del todo sobre el todo de la criatura humana, también se corrompen cuando el espíritu al cual se unió, se corrompe; es la extraña corrupción transmitida por el propio magnetismo de la carne en unión con el magnetismo con el espíritu; lo uno se nutre con lo otro; toda idea mental deja su sello de influencia en las moléculas de la carne; esta influencia hace un todo con las respectivas áureas de los cuerpos de cada uno; es una magnetización de tinieblas; el mundo de la prueba, verá sus 318 zonas de colores, proyectadas y aumentadas en la television solar; y todos conocerán su propia unidad ó valor que adquirió su propia tiniebla, durante la prueba de la vida; la luz ganada, también posee su unidad ó valor; las moléculas en un platillo volador, también reciben la influencia de los padres solares; y mientras más elevada es la jerarquía solar, mayores son también, las enseñanzas recibidas por las moléculas, que componen el todo sobre el todo del platillo volador; en las leyes solares, la sabiduría y el conocimiento son proporcionales al poder del verbo solar; las moléculas de un platillo volador están unidas a las mentes solares, por infinitos é invisibles cordones solares; son microscópicas dimensiones que según sea el verbo del padre solar, se achican y se agigantan hasta hacerse visibles; en estas dimensiones se ven los más variados soles de colores, que mente alguna pueda imaginar; y se ven escenas de mundos que están subordinados dentro de la respectiva jerarquía del padre solar; esta ley se llama en el Reino de los Cielos, dimensiones subordinadas a un padre solar; y constituye una de las infinitas glorias de la creación del Padre Jehova; divino Padre Jehova, veo que estas dimensiones se abren en ángulo; algo así como un enorme abanico de colores; así es hijo, ellas hacen las más imaginables geometrías; tal como lo hace una criatura humana, en su respectiva jerarquía de humano; estas dimensiones como lo ves, se expanden hasta el infinito y se contraen hasta constituírse en una fina línea solar; las moléculas en un platillo volador, se expanden por el espacio en grado infinito; y lo hacen a través de sus cordones solares; así lo veo divino Padre Jehova; este espectáculo maravilloso me recuerda cuando la mente humana sueña; te diré que lo que ves, es para el sentir de las moléculas, algo parecido al sueño; sólo que las moléculas no necesitan dormir para soñar; en ellas, la sensación de soñar es permanente; en todo instante las moléculas de un platillo volador, están en contacto expansivo con el cosmos; es como vivir en todo instante una vida, y en el instante siguiente, otra vida; siendo la misma criatura; es el traspaso de dimensiones que se vuelve levitación en la molécula; es algo parecido en lo que te sucedió en tu prueba espíritual; así lo recuerdo por tu divina gracia, divino Padre Jehova; divino Padre, ¿las moléculas de la Tierra, cumplen la misma ley, que cumplen las moléculas de los platillos voladores? no hijo; no cumplen la misma ley; porque las moléculas del planeta Tierra, también pidieron a Dios, la prueba de la vida; las moléculas en sus libres albedríos de moléculas, pidieron también el olvido molecular; tal como los espíritus humanos pidieron el olvido espíritual; moléculas y espíritus pidieron conocer el olvido del pasado, en la prueba de la vida, porque no lo conocían; desconocían la sensación de vivir una forma de olvido, en un lejano planeta de prueba; y así sucedió con cada una de las sensaciones, que a cada uno le tocó vivir en la prueba de la vida; sensación por sensación, cada una fué pedida en el Reino de los Cielos; lo que no se conoce se pide a Dios conocer; incluyendo las sensaciones de sí mismo; las moléculas de la Tierra también pidieron a Dios, sus propias sensaciones moleculares; ellas pidieron lo extático y lo silencioso para vivirlo en el presente humano; muchas sensaciones pidieron las moléculas, para experimentarlas en su interior; en su núcleo interno, suceden grandes movimientos físicos, en dimensión microscópica; las moléculas de la Tierra, hablarán cuando el hijo de Dios, les hable telepáticamente; esta conversación telepática con las moléculas de un mundo, corresponde a la ley de la gloria y majestad, de un hijo primogénito solar del Padre Jehova; las moléculas como tales, participan también en el divino juicio de Dios; ellas se alistan para representar la unidad-molécula en el divino juicio del Padre; y lo hará en alianza con el segundo; unidad de tiempo; en los platillos voladores sus moléculas también se aprestan para intervenir en los acontecimientos del divino Juicio Final; porque todo acontecimiento a partir del primer segundo, dejado el último segundo del tiempo de la prueba de la vida, serán acontecimientos con nuevas ideas y nuevas moléculas; porque todo será restituído principiando por las ideas y por las moléculas; nuevas divinas alianzas se escriben en el Reino de los Cielos; que darán por resultado un nuevo mundo; las moléculas siendo partículas invisibles para el ojo humano, juegan el más grande papel en los destinos humanos, que pidieron la prueba de la vida; porque de ellas, pende el destino de todos; la obra humana se desglosa por molécula-segundo para calcular su premio ó su castigo; de lo pequeño pende el destino del grande; porque lo microscópico vivido, también se incluye en el divino juicio de Dios; el término: Por sobre todas las cosas imaginables, que fué pedido por la humanidad misma, incluye a lo invisible que compartió con el espíritu, la prueba de la vida; las moléculas pidieron también a Dios, el Juicio Final a sus propias leyes de moléculas; el todo sobre el todo lo pidió; en los platillos voladores lo molecular se apresta a expandirse por la Tierra; son infinitas misiones en que cada pequeña molécula, se apresta y se perfecciona para tener éxito en su misión; tal como los hombres se preparan para lo que desean emprender; la molécula cambiará el curso de la historia del planeta; esta revelación le fué anunciada al mundo de la prueba, en la divina parábola que dice: Todo humilde es grande en el Reino de los Cielos; esta humildad se refería a las moléculas, virtudes, ideas; se refería a todo lo microscópico de la naturaleza de la Tierra; incluyendo a los humildes de espíritu; las leyes y las parábolas salidas de Dios, son por igual tanto para la materia como para el espíritu; porque nadie es menos delante de Dios; ni la materia ni el espíritu lo son; las moléculas de un platillo volador, harán divinas alianzas con las ya exsistentes en la Tierra; el enriquecimiento del conocimiento invadirá todo el planeta; y su influencia será tal, que extrañas costumbres caerán; nueva psicología nace en la Tierra; esta nueva psicología repudiará lo que hasta entonces era una costumbre; el espíritu humano será sacudido en su todo sobre el todo; la molécula en su ley de puntaje celestial, lo revolucionará todo; y no habrá quien no llore; porque el poder de una pequeña como lo es la molécula, es tal, que nadie de la prueba de la vida, nadie volverá a entrar al Reino de los Cielos; los platillos voladores inician en la Tierra, una época que fué realidad en el principio del mundo; cuando el mundo siendo microscópico, vivió la Era de los Cielos Abiertos; una era que dió principio a todas las leyendas; porque siendo el Eterno infinito, las leyendas todas son verdaderas y tienen causa viviente de leyendas; la Tierra volverá a presenciar la fascinante Era de los Cielos Abiertos; cielos que se cerraron, cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios, en su microscópico paraíso; paraíso que empezaba a nacer desde el interior de una molécula; divino Padre Jehova, ¿es por esta verdad, es que fué escrito: Del polvo eres y al polvo volverás? así es hijo; una molécula es menos que un polvo; y un polvo está constituído por moléculas; las moléculas cuando nacen en los lejanos soles, son tan pequeñas, que se hace necesario reencarnar en dimensiones microscópicas, para poder verlas; las jerarquías solares pueden verlas en su nacimiento solar; porque ellas habiendo sido moléculas en tiempos remotísimos, tienen por derecho propio, la potestad de verlas; y mientras mayor es el divino verbo que han alcanzado, mayor es también el poder que poseen, para penetrar los infinitos del microcosmo; ellos hacen inauditos retrocesos en tiempos que ya fueron; en tiempos que vivieron otras alianzas con el todo sobre el todo; de sus verbos solares emergen historias planetarias que fascinan; la Tierra presenciará tales maravillas en el Milenio de Paz; las moléculas en sus leyes de molécula, comparten su destino con los que se han unido; enfrentan sus propias pruebas moleculares; y contemplan en lo extático, todos los cambios que experimentan; todo cambio ó rasgo físico provocado en ellas, en lo extático lo sienten; la sensibilidad de lo extático, es lo mudo que siente y no se expresa; y toda transformación ocurrida en cada molécula, queda registrada en la naturaleza misma; la atmósfera misma retiene en sus ondas geométricas atmosféricas, toda imaginable geometría, de lo que cada uno hizo en la prueba de la vida; este registro de los propios actos, tiene principio eterno; hasta el nacimiento de un espíritu queda grabado por toda la eternidad; en carne ó no, todo espíritu graba en forma instantánea, sus propios actos; cada cual se hace su propia television solar, con sus propios actos; es por esta ley es que fué escrito: De sí mismo sale todo; ó sale la luz ó sale la tiniebla; la decisión en todo sale de sí mismo; y en todo instante, la criatura se geometriza por sus propias decisiones; la television solar acto por acto, es una geometría que naciendo del propio pensar, queda grabada en la atmósfera; el magnetismo mental hace alianzas con el magnetismo de la atmósfera; y todo padre solar tiene el poder de mandar materializarse, a todo lo que está en lo invisible de la materia y el espíritu; este poder es proporcional al divino verbo que posee cada padre solar; en los platillos voladores también ocurren sucesos que ocurren en la Tierra ó que ocurrieron en el principio de los tiempos; en estas naves quedan registradas las evoluciones de infinitos planetas; allí se sabe el futuro planetario, antes que el futuro con sus sucesos, se materialicen; se ven las escenas, antes que ocurran en el presente y en el preciso instante; las moléculas en su principio de nacimiento solar, traen en sí mismos, la geometría de lo que sintieron en los vientres de las madres solares; y lo que se vé dentro de una madre solar, son paraísos vivientes, que en sus moléculas prima la divina filosofía de la madre misma; el nacimiento de todo cuanto exsiste, es divino parto que no tiene ni tendrá jamás fín; lo que ocurre en una pareja de soles, está ocurriendo en todo instante, en infinitas parejas solares; y todas las parejas solares, están amorosamente subordinadas a la divina Madre Solar Omega; que con el divino Padre Jehova, forman la divina igualdad en poderes y derechos; las moléculas habiendo tenido un único principio original, van teniendo y en forma infinita, eternos y nuevos principios de jerarquías moleculares; sucede que en virtud de sus libres albedríos, muchas veces piden el volver a nacer de nuevo, en los vientres de las madres solares; repiten la experiencia encontrando nuevas ciencias; esto se llama en el Reino de los Cielos, retorno a la Madre; como igualmente exsiste el pedido de retorno al Padre; las moléculas poseen en sus sensibilidades, la armonía ó música celestial; y las notas musicales mismas, están también constituídas por las moléculas musicales; en los platillos voladores, se vive en eterna armonía musical; música celestial proveniente de infinitas y remotísimas galaxias de planetas; es una música que de escucharla el mundo de la prueba, la humanidad entera se quedaría dormida; porque todos serían arrebatados y proyectados a las jerarquías elevadísimas, que fueron antes del instante, en que cada uno nació en el Reino de los Cielos; el arrebato que cada cual sentiría, sobrepasaría todos los controles de todas las virtudes del propio pensar; la música celestial de fuera de la Tierra, se materializa; es decir, que los padres solares, convierten sus notas, en planetas musicales; esta ley de maravilla la presenciará el mundo de la prueba; y los grandes genios de la música, que conoció el mundo, quedarán como aprendices de un mundo primitivo; las moléculas en sus maneras de ser, tienen también perfeccionamientos é imperfecciones; las hay con infinitos caracteres; las individualidades solares perfeccionan a las individualidades moleculares; es ésta la causa principal, por lo que las moléculas piden reencarnaciones en planetas, soles, naves etc; porque para conocer ciencias que no se conocen, todo libre albedrío viviente pide volver a nacer de nuevo, para conocerlas; la criatura humana pidió conocer lo humano porque no lo conocía; más adelante y en virtud de su libre albedrío espíritual, pedirá conocer otras formas de vida; por algo se le enseñó que su Dios era infinito; la prueba de la vida consistía en no olvidarlo; quien lo olvidó también será olvidado en el Reino de los Cielos; la molécula pide ser molécula cuando el magnetismo creador de los soles, piensa en moléculas; es la divina decisión del verbo solar, de llegar a ser en lo que se desea; esta ley solar no se cumple en la ley humana, porque todo espíritu humano tiene un divino mandato de prueba que cumplir; y todo mandato salido del Reino de los Cielos, se cumple hasta en su última molécula de hechos pedidos, y hasta en su último segundo de tiempo pedido; la molécula nace de un deseo solar; nace de una sensación que le satura de una individualidad; porque las lumbreras solares son mente y físico; son libres albedríos que se expanden en nuevas y microscópicas geometrías, llamadas criaturas; el orígen de la molécula y de todo espíritu, salen de una misma ley; porque las transformaciones de una individualidad, no cesarán jamás; y siempre se dirá, que se salió de un principio eterno; y en cada individualidad que se vive, la misma se expande y se multiplica; en la criatura humana esta expansión se cumple a través de las ideas físicas; y sucede que las sensaciones que cada cual posee y siente, forman un todo de macrocosmo; lo microscópico que se es en sí mismo, estaba ya en el universo en una dimensión infinita; cada sensación que se experimenta, posee su propio reino con sus leyes y jerarquías propias; exsistiendo también, el Reino de los Cielos de las moléculas; tal como exsiste el Reino de los Cielos de los espíritus; exsiste en millones de criaturas humanas, de considerarse sólo ellas como criaturas únicas que piensan; en sus microscópicos conceptos que tienen del infinito, no conciben otra idea, que la de engrandecerse ellos mismos; la prueba de la vida, consistía en no caer en esta extraña sensación de creerse único; porque sólo Dios es único; ninguno de los que se consideraron único, ninguno vuelve a entrar al Reino de los Cielos; nadie del universo, le dá la razón al que se llamó único en su respectivo planeta; las moléculas al nacer en los vientres de las madres solares, nacen con influencia del divino carácter de la propia madre solar; igual ley cumplen los espíritus; el principio es para todos igual; materia y espíritu nacen de una misma sensación solar; el principio se llama en el Reino de los Cielos, la brisa celular; que nace sintiendo y que se desprende de un todo solar infinito; la Brisa Celular es una sensación de roce mínimo entre la fuente de sensaciones de la cual se salió, y el cosmos mismo; las madres solares vibran en cada parto solar; y cada vibración es una geometría que impulsa a la brisa celular a amoldarse a una de tales geometrías; y toda molécula como todo espíritu, nacen con una microscópica geometría que es el principio geométrico de sí mismo; el principio de todo espíritu humano, tuvo la geometría de un ángulo recto de 90°; esta geometría representa la forma del libre albedrío humano; es la geometría original del libre albedrío humano; es el ángulo del Hijo Primogénito Solar Cristo; expresado en el divino evangelio de Dios, como el Alfa y la Omega; el principio geométrico del propio libre albedrío, ocurrido en el sol Omega; la línea y el círculo; la determinante geométrica de los seres pensantes del universo, nace de ellos mismos; las individualidades solares al unirse en matrimonios solares, proyectan las futuras creaciones; los libres albedríos principian con la sensación primera, de la igualdad; porque no conocen otra; en las moléculas ocurre cosa igual; su cohesión como brisa celular, es de unificación expansiva; mientras mayor es la reproducción como tales, más se perfecciona la cohesión, la igualdad, la unidad del todo sobre el todo; se nace por principio original, con un número viviente equilibrado; es el número de la inocencia solar; y las pruebas de vidas, ó de reencarnaciones, consistía en mantener inalterable, el número equilibrante de la inocencia; cuando los libres albedríos de los espíritus en los planetas, deciden crear sistemas de vida, deben de cuidarse de no desequilibrar el número de la inocencia; en el planeta Tierra, hubo y hay desequilibrio en el número de la inocencia; la inocencia humana conoció extrañas sensaciones, que el espíritu no pidió en el Reino de los Cielos; las extrañas sensaciones que nadie pidió son los escándalos, los vicios, los engaños, la división para gobernar, el libertinaje, la tentación en usar la fuerza para imponerse; había que cuidarse segundo por segundo, durante la prueba de la vida, de no desequilibrar al número de su propia inocencia; el saber esta ley, es saber la causa del porqué había que luchar por tal ó cual moral; los números y las moléculas vivientes, poseen también número de inocencia; y gimen cuando el espíritu al cual se unieron, para conocer una forma de vida, violó la divina ley de Dios; el todo sobre el todo de la criatura humana, pide juicio contra el propio espíritu; pues nadie desea ser acusado de cómplice, con los que violaron la ley de Dios; la molécula en los platillos voladores, cumple y siente la misma ley de inocencia; porque muchos padres solares, violan a veces la ley de Dios; como la violaron los hombres; el llamado satanás era también un padre solar, que se rebeló contra el Eterno; las historias de los que se rebelan a Dios, son infinitas; porque nada tiene límites en la creación de Dios; exsisten violaciones arriba como exsisten abajo; es por eso que se escribió que lo de arriba es igual a lo de abajo; las violaciones de los padres solares, son caídas de otras perfecciones; la ley humana debe atender su propia ley; porque aunque las jerarquías solares, hayan violado su ley, tal hecho a ellos corresponde; cada cual en su propia ley de evolución; no corresponde que las jerarquías menores como lo es la humana, se atribuya el derecho de criticar a las mayores del macrocosmo; pues de las mayores sale la vida ó resurrección de toda carne; las moléculas cumplen igual ley que la que cumplen los espíritus humanos; ellas no pueden tomarse la libertad, de criticar a los padres solares moléculas; en los platillos voladores reina el infinito respeto, tal como sucede en el Reino de los Cielos; la disciplina en un platillo volador es la divina norma del diario ajetreo cósmico; y la disciplina tiene por base las leyes de las comunicaciones telepáticas, a nivel universal; el verbo solar posee medios de comunicación infinitos; siendo la telepatía una de las preferidas; en los platillos voladores todos son telepáticos y a la vez, lo expresan por lenguaje hablado y viceversa; las moléculas en sus conversaciones con los tripulantes solares, cumplen iguales leyes de comunicación; en cada cambio de rumbo de la nave, se emplea la telepatía en infinitos grados; y toda conversación telepática, queda escrita en la television solar, en las respectivas escenas que se vivieron; tal como quedan escritas, instante por instante, las conversaciones diarias de toda criatura humana; y todo ojo que verá al hijo de Dios, escuchará su propia voz, en la television solar; y millones se llenarán de verguenza, porque todo el que se expresó en groserías, se escuchará y lo escuchará el mundo; verguenza y lágrimas, caracterizará a la era del llorar y crujir de dientes; es el juicio universal y público, que todos pidieron en el Reino de los Cielos; y todo pedido hecho a Dios, se cumple hasta en su última molécula; las moléculas de las palabras habladas durante la prueba de la vida, se aprestan a quejarse contra el espíritu grosero; esta ley será llamada durante el divino juicio, escándalo de boca; los que teniendo boca y violaron la ley, envidiarán a los mudos de la prueba de la vida; porque el mudo por ser mudo, ninguna grosería expresó; por lo tanto ninguna molécula de palabra alguna, le acusará; por cada queja de cada molécula, los escandalosos de la boca, tendrán que volver a vivir, una exsistencia fuera del Reino de los Cielos; se les advirtió que lo de Dios, era infinito tanto en la luz como en las tinieblas.-